MENSAJE DEL ALMA

  • Ser Espiritual es Ser Natural, lo que es verdadero, lo que nace de la esencia, de la Fuerza Amor, de nuestro ser más profundo.

lunes, 20 de febrero de 2012

RUMI, EL MISTICO DEL AMOR






En este año 2007 se cumplen 800 años del nacimiento de Jalal ud-Din Rumi (1207-1273), el mayor de los místicos islámicos, un extraordinario poeta del amor. Nació en Afganistán, pasó por Irán y vivió y murió en Konia, Turquía. Era un erudito profesor de teología, celoso en sus ejercicios espirituales. Todo cambió en su vida cuando se encontró con la figura misteriosa y fascinante del monje errante Shams de Tabriz. Como se dice en la tradición sufí, fue «un encuentro entre dos océanos». Ese maestro misterioso inició a Rumí en la experiencia mística del amor. Su agradecimiento fue tan grande que le dedicó todo un libro de 3.239 versos, el Divan de Shams de Tabriz. «Divan» significa colección de poemas.




La efusión del amor en Rumí es tan avasalladora que lo abraza todo: el universo, la naturaleza, las personas y sobre todo a Dios. En el fondo se trata del único movimiento de amor, que no conoce divisiones, sino que enlaza todas las cosas en una unidad última y radical tan bien expresada en el poema Yo soy Tú: «Tú, que conoces a Jalar ud-Din (nombre de Rumí), Tú, el Uno en todo, di quién soy. Di: soy Tú». O aquel otro: «De mí no queda sino el nombre; todo el resto es Él». 


Esa experiencia de unión amorosa fue tan inspiradora que hizo que Rumí produjese una obra de 40 mil versos. Famosos son el Masnavi (poemas de cuño reflexivo-teológico), el Rubal-yat (canción de amor a Dios) y el ya citado Divan de Tabriz. 


Propio de la experiencia místico-amorosa es la embriaguez del amor que hace del místico un «loco por Dios», como lo fue San Francisco de Asís, Santa Teresa de Ávila, Santa Xênia de Rusia y también Rumí. En un poema del Rubai’yat dice: «Hoy no estoy ebrio: soy los millares de ebrios de la tierra. Estoy loco y amo a todos los locos, hoy». 


Como expresión de esta locura divina inventó la sama, la danza extática. Consiste en danzar girando sobre sí mismo y alrededor de un eje que representa al sol. Cada dzerviche –así se llaman los danzantes- se siente como un planeta girando alrededor del sol que es Dios. 


Difícilmente en la historia de la mística universal encontramos poemas de amor con la inmediatez, la sensibilidad y la pasión de los poemas escritos por el musulmán Rumí. Es como una fuga de mil motivos que va y viene sin cesar. En un poema del Rubai’yat canta: «Tú, único sol, ¡ven! Sin Ti las flores se marchitan, ¡ven! Sin Ti el mundo no es sino polvo y ceniza. Este banquete y esta alegría, sin Ti quedan totalmente vacíos, ¡ven! 


Uno de los más bellos poemas, por su densidad amorosa, me parece que es éste, tomado del Rubai’yat: «Tu amor vino hasta mi corazón, y se marchó feliz. Después volvió, se puso los vestidos del amor, pero, una vez más, se fue. Tímidamente le supliqué que se quedase conmigo al menos por unos días. Él se sentó junto a mí y ya se olvidó de partir»... 


La mística desafía la razón analítica. La sobrepasa, porque expresa la dimensión del espíritu, aquel momento en el que el ser humano se descubre a sí mismo como parte de un Todo, como proyecto infinito y misterio abismal, inexpresable. Bien notaba el filósofo y matemático Ludwig Wittgenstein en la proposición VI de su Tractatus lógico-pilosophicus: «lo inexpresable se muestra, es el místico». Y termina en la proposición VII con esta frase lapidaria: «Sobre lo que no podemos hablar, debemos callar». Es lo que hacen los místicos. Guardan un noble silencio, o cantan, como hizo Rumi, pero de un modo tal que la palabra nos conduce al silencio reverente.




Leonardo Boff

viernes, 20 de enero de 2012

GEOMETRÍA SAGRADA


GEOMETRÍA SAGRADA

Se dice que la geometría nació en Egipto por la necesidad de medir la extensión de parcelas de terrenos cuyos terrenos y formas eran alterados o modificados por las constantes inundaciones del rio Nilo.
En esta época para estimar la magnitud de un cultivo era averiguar la semilla que se requería para dicho campo, es decir, una superficie era medida por un volumen o un peso de las semillas.
Según D. Papp dice que la geometría es el mayor descubrimiento del hombre. No porque la geometría haya creado el concepto de espacio, sino  que constituye el molde primogénito de todas las ciencias del espíritu.
La Geometría está presente en toda la naturaleza, es la base de la estructura de todas las cosas desde las moléculas hasta las galaxias, desde micro a lo macro.
El término Geometría significa literalmente "medida o medición de la tierra".
La geometría sagrada no trata únicamente sobre las figuras geométricas obtenidas a la manera clásica con compás y escuadra, sino también de las relaciones armónicas del cuerpo humano, de la estructura de los animales y las plantas, de las formas de los cristales y de todas las manifestaciones de las formas en el universo.
Hay 7 formas principales dentro de la Geometría Sagrada: los 5 Sólidos Platónicos, el Círculo y la Espiral.
Los sólidos platónicos son formas completamente simétricas que tienen todos los lados iguales, todos los ángulos iguales, de las mismas medidas y todos caben dentro de la matriz universal “La Esfera”.
Los sólidos platónicos son:  CUBO, ICOSAEDRO, TETRAEDRO, OCTAEDRO, DODECAEDRO.
TETRAEDRO: Representa la conciencia del fuego.
Símbolo de la SABIDURÍA por representar al fuego sagrado, el primer elemento.

CUBO: Representa el secreto del mundo natural.
Es la conciencia de la TIERRA, es la experiencia de lo que ha nacido de la naturaleza.

OCTAEDRO: Representa el Aire.
Simboliza la PERFECCIÓN DE LA MATERIA POR EL ESPÍRITU.

DODECAEDRO: Representa el quinto elemento (éter, prana, chi).
Considerado el poder femenino de la creación y la FORMA MADRE.

ICOSAEDRO: Representa la conciencia del agua.
Representa la semilla de la vida, la forma del universo, es lo masculino.

La creación juega transformándose de una forma a otra intercambiando el masculino (icosaedro) y el femenino (dodecaedro), también pasando por los otros sólidos platónicos.
Con el tiempo la geometría se convirtió en un estudio deductivo, idealizado del espacio físico y de las formas tamaños y relaciones de objetos físicos en ese espacio.
Desde el nacimiento de nuestro planeta, la red que rodea a la tierra esta conformada por una matriz de geometría sagrada.
Platón decía que la estructura básica de la tierra se encontraba en proceso de evolución a una red  icosaedrica (20 triángulos).
Estas matrices son enrejados que cubren nuestro planeta, nuestro cuerpo, nuestros lugares, nuestras células, átomos, y modulan la energía-luz que sostiene y crea las formas.
Son de origen cristalino e invisibles, ya que se mueven a la velocidad de la luz.
Estas estructuras constituyen lo que se conoce como lenguaje de la luz.
El lenguaje de la luz es una manera de recibir información y energía con el fin de facilitar nuestro desarrollo.
La flor de la vida es la matriz cristalina de la creación.
Este código es el patrón original a través del cual la vertiente divina crea, expande y desarrolla absolutamente toda manifestación de vida.
Todo lo que existe, todo lo que es, nació y nacerá a partir de esta matriz divina.
Este holograma representa una secuencia geométrica esférica (unidad), conformada por infinitas esferas que se contienen y se entrelazan unas con otras dando forma a la “flor de la vida”.
A su vez la flor de la vida está constituida por infinitos códigos de color, sonido y formas geométricas con los cuales se diseña y expresa cada átomo de vida.
Cada célula de nuestro ser contiene total información de la perfecta salud, por lo tanto en cada ser habita la memoria universal de la armonía y plenitud capaz de revertir y transmutar todo proceso de enfermedad envejecimiento y desbalance vibracional con la simple intención amorosa y de conexión al patrón original.
¿Por qué es tan importante la Geometría Sagrada? Existen muchas razones, pero básicamente, la Geometría Sagrada es valiosa para nosotros porque es una meditación para el lado lógico de nuestro cerebro.
La Geometría Sagrada es básicamente geometría, que está enfocada en describir la creación y/o la conciencia; cómo la conciencia se mueve en la realidad. Como se trata de una actividad para "hacer" (más que de una actividad para "leer" u "observar"), recurre directamente al lado racional de nuestros cerebros.
Cuando se realizan los dibujos geométricos sagrados por nosotros mismos, involucramos al lado izquierdo del cerebro directamente con el derecho: estamos construyendo algo. Lo que sucede entonces, es casi mágico. Al dibujar estas figuras (no sólo observarlas), se comienza a describir el tejido mismo de la nuestra realidad, la base de la creación, en un lenguaje que el lado lógico por fin logra comprender. Y una vez que se comienza a hacer esto, se le están dando al lado izquierdo del cerebro, el lado racional, una explicación lógica de la Unidad de todas las cosas. El lado izquierdo del cerebro empieza a involucrarse con la experiencia espiritual.
El mandala representa las fuerzas cósmicas actuando dentro un ámbito arquetípico, es una suerte de lenguaje celestial.
Por este motivo es utilizado para fijar la observación y elevación del estado de conciencia, mediante representaciones visuales ligadas a experiencias interiores.
Los mandalas son un despertador hacia niveles de conciencia superior, puertas de conexión con el más allá.
Descubrir sus códigos es encontrar las llaves que nos reconectan con la luz superior que habita dentro, para comprender y experimentar que formamos parte de una conciencia superior.
La espiral es la figura geométrica que genera el corazón cuando ama.
Hoy por lo menos se generan dos espirales.
Una que apunta hacia abajo, que es la receptiva y otra la proyectiva que apunta hacia arriba.
La espiral femenina nos permite recibir información del cosmos.
La masculina  proyecta nuestra energía para abarcar toda la vida allí donde se encuentre.
La espiral une todos los cuerpos geométricos y los hace viajar en el espacio.
La espiral es la llave de acceso a lo que está en el interior.
El ADN tiene forma de espiral.